sábado, 21 de agosto de 2010

Volver a ser pequeña

Volver a ser pequeña, dejando las preocupaciones de lado, evadiéndote de todo.

Volver a mirar el mundo con aquellos ojos inocentes, sin rencores ni falsedad.

Poder gozar de vivir el día a día, tal y cómo se te presenta, sin tener que pensar en todo momento qué comportará cada pasito que das en el día de mañana.

Volver a ser pequeña... Viviendo los días con felicidad, y no con rutina. Seguir adelante simplemente por ilusión, y no por obligación. Poder sonreír sin más, y no de forma forzada, procurando dar determinadas impresiones.
Ser tal y cómo eres, y no una marioneta de lo que crees que los demás quieren que seas.

Volver a ser pequeña. Viviendo el presente, y no pensando continuamente que sucederá mañana.

Volver a ser pequeña... ¡Tanto que daría por conseguirlo!

jueves, 12 de agosto de 2010

Felicidad inevitablemente contagiosa (aunque adorable)

Miro a mi alrededor y veo cielos azules, mariposas, sonrisas infantiles llenas de ternura que esconden picardía e ingenuidad; Ojos inundados por luminosas lágrimas de felicidad, nubes de algodón con formas imposibles y un tímido arco iris que no se atreve a lucir cómo le enseñaron días atrás.

Niños pequeños que sueltan agudos grititos de emoción al correr sin saber adónde van, perseguidos por madres inexpertas que tratan de alcanzarles sin conseguirlo, encantadas de estar ensuciándose sin querer los preciosos tacones color crudo que un día su adorable marido les regaló con toda su ilusión.

Jovencitas de mirada perdida que creen estar locamente enamoradas de sus ¿fibrados? novios, a los que abrazan compulsivamente como si tuvieran miedo a que se desintegrasen en cualquier momento, y se quedaran aún más solas de lo que ahora están en realidad.

Conciertos de música country al aire libre abarrotados de un público casual y despreocupado, con frankfurts calientes en una mano y la cerveza fresquita en la otra, que han olvidado sus problemas y quehaceres por un momento.

Olor a golosinas, ganas de saltar, gritar, bailar y cantar, sonrisas sinceras y risas pegajosas, parejas empalagosas que patinan enamoradas cogidas de la mano por paseos marítimos mientras el sol se despide del día, globos de colores que pasean tranquilamente por un cielo azul eléctrico un tanto irreal, películas ñoñas, dulces parques de atracciones en un día de sol...


¡Alegría contagiosa que inevitablemente se respira en el aire!


(Esa canción le va cómo anillo al dedo a mi entrada!)